lunes, 29 de diciembre de 2014

UN SUEÑO:


Era esbelta, era morena,
con el pelo ensortijado,
su sonrisa era graciosa,
era cual oro labrado.

Andaba con esplendor,
florida vara de nardo,
flor de magnolia en vergel,
como clavel desatado.

Su belleza peregrina
paisaje policromado,
sus labios como dos rosas,
con los besos confitados.

Para decirle te quiero
y llevarla de la mano,
a la mejor catedral
una mañana temprano.

Un viaje por el oriente

por algún lugar templando,
por cada beso una historia
escrita con mil abrazos.

Sin límite de cariño
en las mentes engastado,
cada día como el que sueña
con la sonrisa en los labios.

por largo tiempo vivir
el corazón entregado,
una feliz descendencia
¡y eternos enamorados!



Rafael Campillo Valenzuela.

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