La Virgen de
Montserrat
venerada en grado sumo,
que la pusieron morena
los años, los vahos, los humos.
Las plegarias fervorosas,
las velas que hacen humo,
la brisa de Montserrat
y sus fieles oportunos.
Nadie queda indiferente
con el paisaje nocturno,
de la montaña sagrada
en noches de plenilunio.
de un lugar como ninguno,
alumbra con su mirada
monte y pueblos uno a uno.
Subes la empinada cuesta
en la cima se halla el templo,
confundido con las rocas
como bello monumento.
Rafael de Granada.
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