SIETE DE JULIO:
Los mozos ya se preparan
frente al patrón del pueblo,
con máxima fe y decoro
lo que la suerte depara.
Un santo más bien pequeño:
con reducida estatura,
hace milagros de altura
se ve que con gran empeño.
Un milagro colectivo
para resguardar las vidas,
de unas gentes atrevidas
que por suerte quedan vivos.
Son inconcientes los mozos
que están tocando el infierno,
el peligro está en los cuernos
que son sables peligrosos.
El peligro de los cuernos
ronda siempre a los humanos,
un peligro poco sano
a veces preludio de infiernos.
Pero a qui en los “san fermines”
la cosa es más divertida,
aunque se juegan la vida
¡sólo por lúdicos fines!
Con una fe temeraria
van al río de la muerte,
un arrebato inconciente
¡jugando con la guadaña!
Rafael Campillo Valenzuela.
Montgat,----7----7----2015.
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