¡NO QUIERO LA LIBERTAD!

Es verdad que sin pareja

tienes mucha libertad,

pero la triste verdad:

es que vas de lado a lado

sin rumbo, desordenado

cantando de reja en reja.

El orden para la mente,

tener el cuerpo ordenado,

la fuente de amor al lado,

la caricia asegurada

es como una ley sagrada

de ventajas evidentes.

¡No quiero la libertad!

Ir cual perro solitario,

ir como lobo estepario

esperando ver la presa,

esperando la sorpresa,

¡Pasando necesidad!

con la mente trastocada,

por un cuerpo trashumante,

sin el amor permanente

que brinda estabilidad,

no quiero esa libertad

porque es una gran bobada.

No es bueno para la mente,

¿para la salud? ¡Miseria!

Vas replegando bacterias

de uno a otro lugar,

y quizás hasta enfermar:

¡con mil peligros de muerte!

Rafael de Granada.

28----11----2015.