LA ÚLTIMA ILUSIÓN:

por no tener ilusión

cierran la puerta a la vida,

los corazones resecos

que no aman la poesía.

Insensibles a lo bello

no miran la flor tardía,

que nace por los otoños

para darnos alegría.

ponen una cara alegre

con el alma entristecida,

y para nunca sensible

a las bellezas del día.

Quien le gusta la estridencia

de las palabras vacías,

en su alma aletargada

no puede entrar la poesía.

Si no vibran con las notas

de una canción encendida,

es que ya invade la noche

los rincones de su vida.

A estos espacios baldíos

recomiendo la alegría,

y disfrutar por el tiempo

¡que pueda durar su vida!

cada día nos ofrece

mil imágenes bonitas,

mejor mirar con bondad

¡y la mirada infinita!

Rafael Campillo Valenzuela.

Montgat,----22----11----2011.