viernes, 10 de abril de 2015

EL CANTO DEL RUISEÑOR.

Un verso quiso cantar
y se volvió ruiseñor,
y cantaba noche y día
con pena o con alegría
para conquistar amor.

Cantaba a orillas del río
subido a una rama verde,
junto aun espino florido
donde cuidaba su nido
con pasión su dulce amada.

Cantaba en la noche oscura
para hacerle compañía,
a su linda enamorada
porque sino le cantaba
ella de pena moría.

Su trino por la mañana
cuando el Orto ya lucia,
para decirle cantando
como él la seguía amando
con la luz del nuevo día.

Nacieron cuatro polluelos
al romper el cascarón,
los dos padres afanados
les prodigaban cuidados
poniéndole corazón;

hasta ponerlos en vuelo
en la verde primavera,
en los sotillos del río
ya con su libre albedrío
¡volando por la ribera!

Rafael Campillo Valenzuela.

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