La lluvia la distribuyen
las nubes por el planeta,
si a su tiempo se presentan
al bien estar contribuyen.
Comparando este sistema
con el riego por goteo,
el labrador le da empleo
para ahorrar en faena.
Un invento sideral
a cuyo autor no se nombra,
está callado en la sombra
sin dejar de trabajar.
Lluvia sencilla y compleja
absoluta y necesaria,
si no sale de la fragua
el hortelano se queja.
Con este invento infinito
sigue viviendo el planeta,
y va cumpliendo su meta
ayudándole un poquito.
Rafael Campillo Valenzuela.
Montgat,----9----6----2012.
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